Preseleccionado: Árboles Nativos: nuestro tesoro más valioso: Carlos Krauss Abusleme

Es común observar en las calles y espacios públicos de Curicó una gran ausencia de vegetación, y donde la hay, es repetitivo encontrar liquidambares, plátanos orientales o palmeras de las islas canarias, entre otros, todos árboles que no son originarios de nuestro país. Son pocos los lugares en que pueden apreciarse especies chilenas. Además, la gran mayoría de los árboles que han sido plantados últimamente en nuestros espacios públicos son especies extranjeras, por lo que no puedo dejar de hacer la siguiente pregunta: ¿Por qué teniendo árboles nativos tan hermosos, muchos de ellos endémicos, lo que significa que son exclusivos de nuestro país, se siguen utilizando especies foráneas?

Los árboles nativos de nuestra zona son hermosísimos y además, poseen una serie de ventajas que los deberían convertir en la elección principal para nuestros patios y espacios públicos: ensucian mucho menos tejados, calles y canaletas, pues la gran mayoría son perennes (no botan sus hojas en invierno), se disminuye el riesgo de quebraduras de ramas pues su madera es mucho más resistente, disminuyen el riesgo de incendios pues mantienen el suelo subyacente más húmedo, no necesitan regadío pues son adaptados a nuestro clima, suben el ánimo en invierno, pues al no botar sus hojas, la ciudad se vería verde y no con árboles pelados, en verano nos ofrecen más sombra que otras especies (son más tupidos), disminuyendo el calor excesivo en la vía pública y amortiguando el frío y las heladas en invierno, nos dan oxígeno y frutos comestibles, atraen fauna nativa beneficiosa (como Tucúqueres, Bailarines, Lechuzas, entre otros, que son los mejores controladores de roedores) y dan un toque de belleza incomparable al entorno en donde se encuentran, que atrae mucho al turista, sobretodo al extranjero que se fija de sobremanera en la flora y fauna autóctona de los lugares que visita.

Creo que debería instaurarse como una política constante y obligatoria, la utilización de especies nativas para el aumento (tan necesario) de los árboles en nuestras calles, y, la sustitución paulatina de los árboles foráneos de nuestros espacios públicos, por árboles nativos chilenos característicos de nuestra zona central. Estos son por ejemplo: Palma Chilena, Boldo, Quillay, Peumo, Espino, Litre, Maitén, etc. También la mayoría de las plazas deberían comenzar a repoblarse con árboles, plantas y arbustos nativos, como Matico, Fucsias, Maqui, Cola de Zorro, Nalca, entre muchos otros. Todas estas especies son sumamente atractivas algunas con flores bellísimas, que poseen un valor ornamental que no tiene nada que envidiar a las especies extranjeras. Para apreciar esto, recomiendo ver esta página de Internet: www.florachilena.cl que es una Enciclopedia de la Flora Chilena, en la cual se pueden ver imágenes y datos de una gran parte de nuestras especies vegetales.

Claro está, que nuestra hermosa Plaza de Armas se escapa de esta reflexión, pues posee, a modo de un parque botánico, especies de todas partes del mundo, aunque no dudo que sería mucho más hermosa si en vez de palmeras de las islas canarias, la rodearan palmas chilenas. Pero por ejemplo, el Cerro Condell, podría transformarse en un icono a nivel nacional de repoblación con especies nativas, esto último, traería una infinidad de mejorías, ornamentales y sin duda económicas.

Es de esperar las autoridades tomen cartas en el asunto, pues es un tema muy importante, muchas veces olvidado, y que además les significará importantes ahorros y grandes beneficios. Es tiempo ya de valorar y desarrollar lo nuestro, que muchas veces traerá más beneficios que importar y copiar desde el extranjero.

La Palma chilena (Jubaea chilensis) es una especie endémica de Chile, lo que significa que no existe en otra parte del mundo y es característica de la zona central. Se encuentra en condición vulnerable debido a su excesiva tala para obtener miel de palma y su casi nula reforestación. Además de su extrema belleza, sus coquitos son un alimento delicioso. La foto es tomada en Molina.

El Boldo (Peumus boldus) es un hermoso árbol endémico chileno, también característico de la zona central, alcanza los 30 metros de altura, sus frutos son comestibles y tienen un muy agradable sabor. Sus hojas muy aromáticas, son útiles en infusión para activar la función hepática.