2 Lugar: Agonía de los Oasis de Neblina:Robinson Herrera Sepúlveda

Frente a la ciudad de Iquique se yergue imponente el farellón cordillerano costero, un estoico y silencioso monumento de granito esculpido por el tiempo, el sol y el viento, esta verdadera barrera biogeográfica, que presenta tres tipos de sustrato, dunas móviles entre los 150 y 350 m, sobreposición de material aluvial hasta los 500 m y la parte mas alta con roca meteorizada y roca del basamento, propicia las condiciones ambientales para el desarrollo de un tipo de ecosistema muy particular denominado Oasis de Neblina, cuya principal característica es la exposición sur - oeste de sus faldeos que presentan dos focos de vegetación, donde es posible encontrar líquenes epífitos en matorral espinoso hasta los 800 m, donde la cobertura fanerógama es remplazada por líquenes crustosos. La niebla que condensa entre los 300 y 800 metros de elevación formando un manto de nubes que cubre los cerros permaneciendo la parte inferior seca, de esta manera el estratocúmulo se presenta con una mayor superficie durante la madrugada, mientras que la humedad ambiental fluctúa de manera estacional aumentando en invierno, lo cual permite a la vegetación xerófita, propia de estas latitudes, una captación de niebla mayor durante ese período.

Estos oasis pertenecen al elemento litoral Norte Central de acuerdo a la clasificación fitogeográfica, se encuentra situado entre los paralelos 18° S y 40° S, su centro de dispersión probablemente se encuentra entre Antofagasta y Coquimbo, presentando dos tipos de comunidades liquénica, aquellas que colonizan directamente sobre la roca, denominadas saxicolas, y aquellas especies que proliferan sobre la vegetación, las cuales se denominan epifitas.

Además de las características señaladas anteriormente, los Oasis de Neblina presentan una gran similitud con la región costera de Baja California. En estos ecosistemas xerófitos la sucesión vegetal se inicia sobre la roca desnuda en lugares con extrema deficiencia de agua, comienza con la etapa de líquenes crustosos, transformando la roca en suelo, erosionando y fijando nitrógeno, preparando las condiciones para el posterior desarrollo vegetal.

La exploración científica, botánica y liquenológica en la primera región es relativamente escasa si se la compara con otras regiones del país, en su mayoría se han realizado estudios en los oasis de neblina presentes en la Cordillera de la Costa, los Oasis de Neblina son conocido mas allá de nuestras fronteras, son una fascinación para los botánicos europeos y norteamericanos, de echo una de las primeras visitas científicas ilustres que recibió fue al mismísimo Charles Darwin, quien en su bitácora pudo registrar un 12 de Julio de 1835 la abundante presencia de líquenes en los cerros costeros del sector de Iquique, específicamente Cladonia sp, actualmente clasificada como Niebla tigrina, una especie que cada vez mas es difícil de encontrar. Posteriormente Reiche menciona otras seis especies de líquenes epífitos los cuales se consideran virtualmente ausentes en la actualidad. En un registro posterior Skottsberg describe en 1917 Acarospora bella (sin. A. schleicheri) para el sector de La Noria en el desierto salitrero de la provincia de Tarapacá. Estudios mas recientes han permitido determinar para los ecosistemas costeros próximos a Iquique una gran variedad de especies de líquenes, entre los que se puede mencionar: Acarospora schleicheri, Buellia taltalensis, Caloplaca sp, Caloplaca athallina, Caloplaca elegantissima, Caloplaca cf. jorgensis, Caloplaca microphylla, Caloplaca cf. ammiospila, Camanchaca sp., Candelaria cf. crawfordii, Candelariella sp., Chrysothrix pavonii, Darbishirella gracillima, Graphis sp, Heterodermia leucomelaena, Heterodermia vulgaris, Leprocaulon congestum, Niebla sp., Niebla ceruchis, Niebla ceruchoides, Protoroccella minima, Pyrenula cinerea, Ramalina sp., Ramalina celastri, Ramalina cf. terebrata, Roccellina cerebriformis, Roccellinastrum spongoideum, Santessonia cervicornis, Usnea sp., Usnea rubicunda y Xanthomendoza sp.

Lamentablemente, y a pesar que se considera la Cordillera de la costa y en particular los oasis de niebla como las áreas de mayor diversidad en la región, se ha demostrado que estos ecosistemas se encuentran en serios problemas de desertificación, en un estado de extrema vulnerabilidad, estos ecosistemas han sufrido un empobrecimiento de su flora liquénica, presumiendo en algunos casos una correlación con la disminución de las poblaciones de Eulychnia iquiquensis, cactus descrito como el principal forófito para los líquenes, no obstante, se ha señalado además el alto grado de endemismo y lo relicto de estos ambientes.

Con todos estos antecedentes resulta incomprensible el grado de indiferencia e ignorancia que se tiene en torno a la problemática que estos ecosistemas enfrentan, tan cerca nuestro, tan cotidiano nos parece el mirar orgullosamente nuestro cerro, lo que debiera ser un paisaje de bosques de cactáceas columnares con sus brazos hacia el cielo en un esplendoroso verdor no es mas que un pobre espectáculo de miserables despojos vegetales, grises y opacos, bajando impotentemente la guardia a la espera de su colapso final.

Resulta vergonzoso e indignante ver como para exigir o proclamar nuestros derechos nos apresuramos en la quema de neumáticos y cuanta basura encontramos a nuestro paso, resulta patético por lo demás ver esas demostraciones de falso compromiso ambiental, mal llamado desarrollo sustentable, sin mas sustento que la propagada institucional e institucionalizada, con el único objetivo de hacernos mirar para otro lado y seguir sumidos en la misma actitud atroz, egoísta y arrogante, resulta verdaderamente caótico el circo cacofónico de cada año nuevo con todo ese enjambre de fogatas y fuegos artificiales a destajo y sin control, mientras nadie piensa siquiera un segundo que la misma brisa que se lleva la humedad desde el mar al farellón costero arrastra también la contaminación atmosférica que producimos a diario acidificando la niebla, matando el oasis lentamente.

Robinson Herrera Sepúlveda

Químico Analista y Liquenólogo

Departamento de Ciencias

Academia Iquique

Bajo Molle Km 10

Iquique - Chile